Aumentar las defensas en primavera es necesario si quieres gozar de mejor salud y bienestar. ¿Pero sabes por qué es importante reforzar las defensas en esta época del año? Vamos a ver las razones principales por las que el sistema inmune necesita fortalecerse cada primavera.
Por qué aumentar las defensas en primavera es fundamental
1- El cambio de horario y el aumento de las horas de luz afectan al organismo
¿Sabías que dormir bien es clave para evitar desajustes hormonales? Durante el sueño tiene lugar una gran actividad en la segregación de hormonas que son claves para el óptimo funcionamiento del organismo.
Con la llegada de la primavera el incremento de las horas de luz solar puede afectar al sueño. Esto se agrava con el cambio de horario de invierno a verano, que altera aún más la rutina invernal. Con frecuencia esto deriva en problemas para conciliar un sueño de calidad y la consecuencia, son los desajustes hormonales.
A su vez, estos pueden generar enfermedades autoinmunes, así como favorecer la aparición de problemas de salud asociados a disfunciones hormonales. Estas aún se dan más en la mujer por las alteraciones del ciclo menstrual, como infecciones de orina, la candidiasis o los resfriados.
Las defensas ayudan a hacer frente a estos problemas con el organismo fuerte. Así que en esta época a menudo se debe cuidar el cuerpo con complementos alimenticios y probióticos que ayudan a aumentar las defensas en primavera, complementándolo con rutinas y otros complementos alimenticios para dormir mejor.
2 – Las alergias ambientales se multiplican y se hace necesario aumentar las defensas en primavera
La mayor parte de alergias ambientales a pólenes tienen su momento de máxima incidencia durante la primavera. Para muchas personas las molestias que ocasionan son un verdadero problema. Rinitis, estornudos, ojos llorosos, dolores de cabeza y de garganta, congestión nasal… se suceden.
Aumentar las defensas en primavera es esencial para combatir resfriados y ayudar al organismo a evitar que los efectos de la alergia lo debiliten y lo hagan más propenso a infecciones y enfermedades.
3 – La inestabilidad climática primaveral afecta al organismo y se precisa fortalecer las defensa
Una característica de la primavera es la inestabilidad climática. Los cambios de temperatura a lo largo del día, y de un día para otro pueden ser muy grandes. El sol ya tiene fuerza y se nota en los días despejados, pero en muchas zonas las noches aún pueden ser casi tan frías como durante el invierno.
Es habitual salir de casa poco preparados para los cambios a lo largo del día, y los contrastes también se notan mucho entre los interiores y los espacios al aire libre.
Estos cambios favorecen la aparición de resfriados y estrés. Es frecuente que aparezcan gripes tardías y molestias como irritaciones de garganta. Para combatirlos y evitar que aparezcan infecciones se hace necesario aumentar las defensas en primavera.
4 – Más estrés, organismo más débil, mayor necesidad de incremento de defensas durante la primavera
La falta de sueño y los cambios, generan estrés a menudo. Los cambios de hábitos y la ruptura de la rutina que trae consigo la primavera debido a las temperaturas diurnas más cálidas y el aumento de las horas de luz también contribuyen a generar estrés.
Además, para muchas personas esta es una época de gran esfuerzo físico e intelectual. Por ejemplo, para muchos niños y jóvenes coincide con el tramo final del curso y sus exámenes finales. También para muchos trabajadores es un momento álgido del año. ¡Y qué decir de los deportistas! No son pocos los deportes que afrontan en primavera el tramo final de sus competiciones.
El agotamiento físico e intelectual unido al estrés supone la unión de dos de los grandes enemigos del sistema inmunológico. Para compensar el debilitamiento que el estrés y el esfuerzo físico y mental puedan causar se hace necesario compensarlo con medidas que contribuyan a aumentar las defensas en primavera.
Estas son las principales razones por las que se aconseja tomar las medidas adecuadas para subir las defensas en primavera. Los buenos hábitos alimenticios, la ingesta de prebióticos con probióticos y el ejercicio físico ayudan a fortalecer las defensas, así como a proporcionar al organismo los nutrientes que necesita.
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